Pocos productos tan sencillos como el chupo tienen un impacto tan grande en la calidad de vida de muchos nuevos padres. Puede calmar el llanto de un bebé en segundos y proveer a una familia con horas de anhelado sueño en su primeros días como padres. Aún así, muchos han oído que el uso del chupo también tiene sus desventajas y se preguntan sobre ellas.
Como expertos en lenguaje y alimentación, hemos sido testigos de los problemas que el uso prolongado del chupo puede causar en el desarrollo de la motricidad oral, la cual es crucial para poder hablar y alimentarse adecuadamente. A continuación revisaremos lo bueno y lo malo del chupo, así como la forma de usarlo adecuadamente para sacarle el mayor provecho.
Lo bueno
Los bebés que llegan a término nacen con un reflejo de succión desarrollado. De hecho, este reflejo comienza desde antes de nacer. Es por eso que algunas madres ven a sus bebés chupándose su dedo durante los ultrasonidos de rutina en el embarazo. Ya que los bebés necesitan succionar para poder alimentarse, este reflejo es la forma en que la naturaleza se asegura de que reciban una nutrición adecuada. Usar el chupo entre comidas puede satisfacer la necesidad de succión del niño y también apoya el desarrollo temprano de su lengua.
El uso del chupo tiene además otras ventajas. Se ha demostrado que reduce el riesgo de muerte súbita hasta los 6 meses de vida, momento en el que este riesgo disminuye drásticamente. El chupo también ayuda durante los viajes en avión ya que la succión durante el despegue y aterrizaje reduce la presión en el oído. Su uso también ayuda a los bebés a conciliar el sueño. Es probable que tengas varias memorias caminando medio dormida a la cuna de tu bebé a media noche para reintroducir su chupo. Muchas veces esto es lo único que necesita tu niño (y el resto de tu familia) para poder seguir durmiendo.
Lo malo
Algunos estudios han demostrado que después de los 6 meses de vida, los aspectos negativos del chupo pueden pesar más que los positivos. Su uso prolongado está correlacionado con el incremento del riesgo de infecciones en los oídos y con problemas en el desarrollo de la motricidad oral.
Para un desarrollo óptimo de la motricidad oral, el bebé necesita poder mover libremente sus mandíbulas, lengua y labios. Esto es especialmente importante durante los movimientos de motricidad gruesa, ya que estos se desarrollan de forma paralela a los de la motricidad oral. Cuando el bebé gatea, los movimientos de lado a lado de su cuerpo también están ocurriendo dentro de su boca. Si el bebé tiene un chupo mientras gatea, este puede evitar el fortalecimiento de los movimientos bucales que le permitirán morder y masticar los alimentos, y pronunciar sonidos más complejos.
El uso prolongado del chupo también puede causar problemas en el crecimiento bucal y llevar a una dentición desalineada, cambios en la forma del paladar, protrusión lingual, y labios y mejillas débiles. Todo esto, a su vez, puede interferir con el desarrollo de su lenguaje y su capacidad para masticar y alimentarse.
Finalmente, el chupo también puede reducir los beneficios del juego. Los bebés utilizan de forma natural sus bocas para explorar objetos. Esto les ayuda a entender conceptos como forma, temperatura y textura. El juego también conduce el desarrollo por medio de interacciones significativas con las personas a su alrededor. Te darás cuenta que si juegas con el bebé sin un chupo dentro de su boca hará más sonidos y expresiones faciales.
A pesar de todo esto, estamos convencidos de que el chupo puede ser muy útil, siempre y cuando seamos cuidadosos en la forma, la razón y el periodo de tiempo por el cual lo usamos.
¿Cómo usarlo adecuadamente?
Intenta primero otras formas de calmar al bebé. Alrededor de los 5 meses de edad, el reflejo de succión del bebé disminuye y es un buen momento para ensayar otras formas de calmarlo. Intenta alzarlo, alimentarlo, mecerlo, darle un paseo o jugarle.
Intenta que juegue sin chupo. Como lo mencionamos arriba, el chupo puede inhibir parte del aprendizaje que se deriva del juego. Aprovecha esos ratos para estimular al bebé a que emita sonidos y haga expresiones faciales.
Guarda el chupo mientras el bebé se mueve. Como también lo mencionamos anteriormente, permitirle al bebé que se mueva sin chupo mientras está boca abajo, dándose la vuelta, sentándose o gateando le permitirá optimizar el desarrollo de la motricidad oral, el cual ocurre de forma paralela con el desarrollo de la motricidad gruesa.
Permítele a tu bebé que se calme solo. Si el bebé se altera estando despierto, alerta y comido, dale un minuto para que se calme sin ayuda. Algunas veces un abrazo, palabras dulces o alguna distracción pueden calmar sus lágrimas sin tener que usar el chupo.
Aprende a diferenciar cuándo el bebé quiere el chupo de cuando lo necesita. Habrá momentos durante el primer año de vida en que el bebé necesita el chupo para sentir calma y eso está bien.
Sigue un cronograma para retirar el chupo. Recomendamos comenzar a retirar gradualmente el chupo cuando el bebé cumpla 6 meses de vida, de tal forma que al cumplir su primer año sólo lo use para dormir. Alrededor de los 18 meses, retíraselo completamente o reduce gradualmente el tiempo de uso por la noche con el objetivo de que no lo necesite al cumplir 2 años.
El uso del chupo tiene claras ventajas y desventajas. Esperamos que esta información te ayude a usarlo de la mejor forma.
Chris Rowlee, M.S., CCC-SLP y Mandy Alvarez, M.S., CCC-SLP de Integrated Children’s Therapy—una práctica de terapia de lenguaje infantil ubicada en Miami que ofrece servicios individuales y en grupo con énfasis en la comunicación social.